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domingo, 24 de abril de 2011

LUCIA


Mis padres me contaron, que el primer día que fui consciente de mi reflejo en un espejo, intenté acercarme a él como queriendo fundirme con la imagen que de mí reflejaba, y que al separarme de él, estuve llorando sin parar durante más de una hora.
Yo no recuerdo ese hecho, como no recuerdo otros tantos de mi vida, pero supongo que aquel suceso algo tuvo que ver con que mi padre, todas las noches antes de acostarme, me aupara en el espejo del cuarto de baño, para que pudiera contemplarme mientras él dejaba volar su imaginación y fluir sus palabras, relatándome las más disparatadas historias que he escuchado en el transcurso de mi vida. Mientras esto sucedía, recuerdo cómo me reía,  y cómo me gustaba verme reír a la par que lo hacía mi reflejo en aquel espejo. Cuando mi padre creyó que yo ya era lo suficientemente mayor como para irme a la cama sola, o quizás fuera que ya no se sentía con fuerza para encaramarme en el espejo y seguir sorprendiéndome con sus historias, decidí conservar ese pequeño ritual de mirarme fijamente en el espejo del cuarto de baño, antes de meterme en mi cama, para que el velo de las sombras nocturnas cayera sobre mis párpados y disolviera con ellas, el reciente recuerdo de mi vívida imagen en ese espejo. Y de un simple ritual,  pasó a ser una necesidad imperiosa el examinarme todas las noches desde diferentes ángulos intentando, no sé por cual razón, ver siempre a otra persona. Mis esfuerzos siempre eran vanos, porque al fin y al cabo siempre era yo la que me estaba mirando. Y la necesidad pasó a ser una profunda obsesión. Ésta se hizo más candente en el momento en el que ya no sólo me conformaba con mirarme detenidamente. A veces, una amarga sensación de  vértigo me impulsaba a precipitarme contra él. Su mano, que era la mía, unidas a través del espejo templaba cualquier ira o cualquier pensamiento irracional que hubiera podido experimentar durante el día. Y allí, mientras me sostenía a mi misma, la soledad que como sombra había ido arrastrando todo el día, se diluía por completo a través de ese espejo, hasta que mis labios, los suyos, esbozaban aquella pícara sonrisa que me permitía seguir con aquella parte de mi vida que siempre creí muerta. Mis padres nunca parecieron darle importancia a aquel suceso, y aún recuerdo cómo mi padre a veces me miraba mientras yo seguía allí plantada, y sin decir nada, hacía un vano esfuerzo por huir de la escena. Siempre creí que él escondía algo porque parecía entender mis acciones mejor de lo que yo en aquel momento lo hubiera hecho.
Mis creencias no se alejaban tanto de la realidad, y así lo supe la noche del 15 de abril cuando cumplí mis 18 años. Aquella noche, mis padres me entregaron mi partida de nacimiento, es lo que pensé yo en aquel momento al abrirla, porque prácticamente todos los datos coincidían. Misma fecha de nacimiento, mismo lugar de nacimiento, mismos apellidos, mismos padres pero un nombre distinto al mío. Noté cómo mi respiración se aceleraba mientras una especie de vibración comenzó a sacudir  mi cuerpo. Y como un resorte tuve la necesidad de salir disparada, hacia la única posible parada, el espejo.
Me posicioné delante de él y esta vez no tardé en notar cómo mi mirada se fundía con la de una persona diferente con mi misma apariencia. La sangre empezó a agolparse en mi corazón y pude notar cómo mis mejillas se encendieron aunque el espejo no lo reflejó. Pude ver cómo mi rostro se estremecía bajo el manto de aquella mirada y por un instante aquella imagen se nubló intentando confundir más a mis ojos. Y en aquella noche serena, donde la adrenalina se esparcía por mis venas, comprendí aquel vacío que siempre había sentido. Abrí el grifo para intentar enjuagarme el pánico que en aquel momento me envolvía, para levantar la mirada y enfrentarme de nuevo a la suya, porque aquella noche ya sabía la verdad, que yo no era más que una mitad solitaria, que nunca fui yo la que todas las noches  me examinaba, que siempre había sido ella, desde la otra esfera quien lo hacía. Siempre fue ella, mi hermana Lucía.

Publicado en Netwriters el  08/03/11

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